1 de julio de 2009

Atada al sonido del celular, adicta a ver tu nombre titilando en mi pantalla, esclava de tu operadora, y devota de una voz que ya casi no se escucha, impaciente por esos mensajes que no han de llegar, y en mi mente apuro a tu reloj para que acudas a mi llamado.

Que se nos acaba la luna de miel y no se de que sabor es la luna nueva!, que las lágrimas invadieron mi cara y mi almohada. Se hacen recurrentes las noches en las que pienso en ti y busco el porque estamos cambiando, un estado patetico que no vi venir, que no basta el amor, que doy gritos desesperados y tu no reconoces ya mi voz, golpeo las puertas y del otro lado no hay nadie, me impacienta, me angustia cada nuevo mensaje porque ahora tus palabras hieren y no enamoran...